La simbiosis entre rizobios y leguminosas mejora la adaptación de las plantas a suelos contaminados por cobre
Como ya comentamos en un artículo anterior, la concentración de cobre presente en el suelo es cada vez mayor. Las fuentes principales de este metal son el uso de fungicidas con cobre, como los aplicados a cultivos leñosos como la vid o el olivo, y la aplicación de lodos de depuradora, estiércoles o purines de cerdo como fertilizantes orgánicos. También es importante la actividad minera, aunque su influencia está limitada a la cercanía geográfica de las minas, reduciéndose considerablemente su efecto con la distancia. La presencia en exceso de este metal afecta negativamente a los cultivos, inhibiendo su tasa de crecimiento e induciendo un estrés oxidativo severo.