Un fenómeno habitual que se produce en el compostaje es la reducción de la masa (y del volumen) de las mezclas orgánicas conforme avanza el tiempo del proceso. Se debe en gran parte a las transformaciones químicas que se generan durante la transformación biológica de la materia orgánica y que liberan a la atmósfera gases como el dióxido de carbono (CO2) u otros similares, tal y como comentamos recientemente.
Pero, ¿a cuanto asciende dicha pérdida?, ¿cómo podemos cuantificarlo?
Un trabajo realizado en Inglaterra analizó durante 2 años la pérdida del peso seco en el compostaje a escala doméstica. Los investigadores midieron la cantidad de biorresiduos incorporada a casi 100 compostadores de 290L repartidos por una barriada del oeste de Londres, así como la humedad del material inicial y del compost obtenido con el tiempo. Según sus resultados, la cantidad media de biorresiduos compostado al año era de 370 kg, los cuales sufrían una pérdida aproximada del 57 % de su peso seco. Es decir, que de los 370 kg que cada casa compostaba al año, se obtenía un total del 73 kg de compost.
En general, es difícil dar un valor exacto a dicha pérdida en una pila de compost ya que depende mucho del tipo de residuo y de la forma de compostar. Lo que si podemos decir sin error a equivocarnos que se pierde más del 50% del peso de los residuos durante su compostaje. En cuanto a su volumen, esta perdida estaría entorno al 60% o más.
La fuente:
- Stephen R. Smith and Sharon Jasim (2009). Small-scale home composting of biodegradable household waste. Waste Management & Research, 27: 941–950. http://dx.doi.org/10.1177/0734242X09103828