El compost es una fuente de materia orgánica, microorganismos beneficiosos y nutrientes para las plantas como el nitrógeno (N), el fósforo (P) y el potasio (K), aunque es habitual que estos últimos estén en concentraciones modestas.
Por esta razón, muchos investigadores han estudiado cómo incrementar su contenido y disponibilidad en el compost con el fin de mejorar sus propiedades agronómicas. Dos son las estrategias más habituales para conseguirlo:
- Añadir materiales ricos en dichos nutrientes.
- Incorporar microorganismos que favorezcan su disponibilidad.
Algunos ejemplos exitosos son los siguientes:
- Para el caso del N: urea, cianamida, estiércoles, nitrato amónico cálcico, Pseudomonas fluorescens, Aspergillus niger, A. flavus, Trichoderma harzianum, A. awamori, A. nidulans, T. viride, Phanerochaete chrysosporium o bacterias diazotróficas (fijadoras de nitrógeno).
- Para el caso del P: estiércoles varios, roca fosfórica, sales de magnesio, A. niger, T. viride, A. flavus, T. harzianum, A. awamori, A. nidulans, T. viride o P. chrysosporium
- Para el caso del K: residuos de plátano
Estas estrategias incrementan el contenido de nutrientes en el compost, y a su vez sus propiedades agronómicas, repercutiendo en mayores rendimientos y productividad agrícola en comparación con la fertilización habitual.
- La fuente:
Óscar J. Sánchez, Diego A. Ospina y Sandra Montoya (2017). Compost supplementation with nutrients and microorganisms in composting process. Waste Management, 69, 136-153. http://dx.doi.org/10.1016/j.wasman.2017.08.012