Compostando Ciencia Lab.

Resultados del contenido de humedad de las muestras de Tiempo 0

El compostaje es un proceso biológico, y como tal necesita agua para que los microorganismos se desarrollen adecuadamente. Un humedad baja reduce significativamente la actividad biológica y un exceso puede provocar cambios en la microbiología aeróbica, generando condiciones de anaerobiosis, causantes de malos olores. Para el compostaje, lo ideal es que esté entre un 20-40% (puede que un poco más).

La importancia de las cadenas tróficas en los sistemas agrarios

La revista Ecosistemas que edita la Asociación Española de Ecología Terrestre (AEET) (http://www.aeet.org/) ha publicado un monográfico dedicado a las cadenas tróficas que existen en los sistemas agrarios [Ecosistemas, 28 (3)]. La idea es crear un foro de discusión científica que permita a investigadores, agricultores, técnicos y profesionales relacionados con la agricultura sentar las bases para el desarrollo de nuevos modelos productivos que fomenten la ecología y la diversidad biológica.

Participación en el «Seminario Internacional de compostaje. Teoría, práctica y experiencias para la gestión de los residuos», 15 de enero de 2020, Temuco, Chile

Gracias a la cortesía del Dr. Gustavo Curaqueo de la Universidad Católica de Temuco (Chile), el 15 de enero de 2020 estaré dando una charla sobre compostaje de residuos orgánicos y de como aprovecharlos para elaborar abonos orgánicos y biológicos. También tendré la oportunidad de compartir mis últimos trabajos científicos sobre diversidad microbiana del proceso de compostaje.

Como hacer un muestreo de suelo en una parcela heterogénea

Cuando investigamos como se comporta un suelo en condiciones de reales de campo, el diseño experimental es un paso clave para obtener resultados robustos y estadísticamente fiables. Para eso, debemos planear correctamente el proceso de muestreo en función del error que queremos asumir. En este trabajo, el profesor Jianwei Li de la Universidad de Tennesse (EEUU) nos explica como hacerlo correctamente y como aplicarlo al caso del análisis del carbono orgánico y el carbono de la biomasa de un suelo.

La simbiosis entre rizobios y leguminosas mejora la adaptación de las plantas a suelos contaminados por cobre

Como ya comentamos en un artículo anterior, la concentración de cobre presente en el suelo es cada vez mayor. Las fuentes principales de este metal son el uso de fungicidas con cobre, como los aplicados a cultivos leñosos como la vid o el olivo, y la aplicación de lodos de depuradora, estiércoles o purines de cerdo como fertilizantes orgánicos. También es importante la actividad minera, aunque su influencia está limitada a la cercanía geográfica de las minas, reduciéndose considerablemente su efecto con la distancia. La presencia en exceso de este metal afecta negativamente a los cultivos, inhibiendo su tasa de crecimiento e induciendo un estrés oxidativo severo.

¿De dónde procede el cobre de nuestros suelos agrícolas?

La humanidad ha usado el cobre desde hace más de 10.000 años, desde la prehistoria, en la Edad del Bronce, hasta nuestros días. Lo han utilizado civilizaciones tan dispares como la egipcia, la griega, la romana, la azteca o la china. Sirve para fabricar materiales de construcción, maquinaria diversa, para transportar energía, como plaguicida en agricultura o como suplemento para la alimentación animal. Este uso tan prolongado en el tiempo ha dejado algunas consecuencias inevitables de carácter ambiental. Cada vez se acumula más cobre en nuestros suelos, llegando en ocasiones a ser un problema de salud pública.