La temperatura de un compost es un indicador de la actividad microbiana del proceso. Debe mantenerse en valores termófilos durante el mayor tiempo posible para así asegurar la correcta higienización del material. Las dimensiones de las pilas de compostaje afectan directamente a la disipación de la energía calorífica generada durante la fase termófila, siendo esto crucial cuando se trabaja con compostadores de pequeñas dimensiones (< 1000L), los cuales raramente mantienen temperaturas elevadas a lo largo del tiempo.
Podemos reducir dicha disipación optimizando la relación entre el área y el volumen (A/V) de la pila o del compostador, que cuanto más baja sea, menor disipación de calor sufrirá. En la Tabla 1 se muestran los valores típicos de dicha relación para los formatos de compostaje más habituales. Para un mismo volumen de compost, la relación A/V más óptima corresponde a una esfera, seguida de cerca por un cilindro cuyo diámetro es igual a su altura. De hecho, este es uno de los formatos más usados en los estudios científicos sobre compostaje a pequeña escala. En este tipo de cilindros, la relación A/V decrece conforme se incrementa el volumen, siendo 2,7 veces mayor si comparamos un reactor de 10 L con uno de 200 L, según se muestra en la Figura 1.
La fuente:
C. Petiot & A. de Guardia (2004) Composting in a Laboratory Reactor: A Review, Compost Science & Utilization, 12:1, 69-79, DOI: 10.1080/1065657X.2004.10702160