Durante el compostaje se produce un incremento de la temperatura debido a la actividad microbiana de las pilas, que se relaciona con la degradación de la materia orgánica de los residuos orgánicos. En función de la temperatura, se definen las cuatro fases del compostaje conocidas: mesófila (temperatura ambiente – 40ºC), termófila (40º – 65ºC), de enfriamiento o segunda fase mesófila (65ºC – temperatura ambiente) y la de maduración (temperatura ambiente). En concreto, la fase termófila es muy importante por que la biodegradación de la materia orgánica es mayor, y al mismo tiempo, se asegura la higienización del compost resultante. Según muchos estudios, temperaturas superiores a 55ºC durante varias semanas aseguran la completa eliminación de microorganismos indeseables. De todas formas, es necesario comprobarlo…
Cuando los residuos orgánicos son fecales, como los estiércoles o los lodos de depuradora, el nivel de microorganismos patógenos como los clostridios sulfito reductores, coliformes totales y fecales, enterococos, Staphylococcus aureus, Salmonella o Escherichia coli, entre otros, suele ser muy importante. La legislación aplicable a los composts (Real Decreto 506/2013, de 28 de junio, sobre productos fertilizantes) solo obliga a analizar los dos últimos. A pesar de eso, muchos microorganismos patógenos que deberían ser analizados como el Aspergillus fumigatus, del cual ya hemos hablado en este blog en más de una ocasión.
No solo la temperatura es importante para asegurar la correcta higienización de las pilas de compostaje, sino también el método usado. En el trabajo que comentamos hoy, los autores han comparado el sistema de volteos frente al de aireación forzada mediante el sistema Rutgers (pilas estáticas a las que por medio de tuberías en la base se insufla aire a presión). Estos autores han compostado diferentes residuos orgánicos como vinaza, estiércoles de gallinaza y vaca, bagazo, poda de uva (sarmientos) o lodos de depuradora.
Como resultados, los investigadores afirman que el sistema con ventilación forzada funciona mejor para reducir el nivel general de patógenos en las mezclas estudiadas y que el mantenimiento de altas temperaturas no siempre asegura la eliminación de dichos microorganismos. Además, avisan de que otros factores como la humedad, la disponibilidad de nutrientes o la competencia con otros microorganismos puede afectar a la reactivación de algunos de ellos, por lo que recomiendan evaluar el compost también durante su maduración.
The aim of this study was to monitor some microbial indicators and pathogen contents (sulphite reducers clostridia, total enterobacteriaceae, total coliforms, faecal coliforms (Escherichia coli), enterococci, Staphylococcus aureus and Salmonella spp.) throughout the co-composting of wastes from the winery and distillery industry with other organic residues, as well as the effect of the composting system used. Seven different piles using mixtures of winery–distillery wastes with other organic materials were prepared. P1 and P2 were made using grape stalk (GS), grape marc (GM), exhausted grape marc (EGM) and sewage sludge (SS), whereas in P3 and P4 were also used exhausted grape marc with cow manure (CW) and poultry manure (PM), respectively, using the Rutgers system. Additionally, P2 was watered with vinasse (V). The rest of piles (P5, P6 and P7) were prepared with grape marc, exhausted grape marc, cow manure and poultry manure, using the turning system. The effectiveness of the composting process to reduce the pathogen content was higher in the static aerated piles than in those elaborated with the turning. The relatively high temperatures (50–60 °C) reached in some of the piles produced a notable decrease in some microbial groups, such as total and faecal coliforms (E. coli), but the characteristics of the raw materials used notably influenced the pathogen contents of the end-product.
La fuente:
Evolution of the pathogen content during co-composting of winery and distillery wastes. M.A. Bustamante, R. Moral, C. Paredes, M.C. Vargas-Garcı́a, F. Suárez-Estrella, J. Moreno. Bioresource Technology 99 (2008) 7299–7306