La planificación y construcción de instalaciones de tratamiento de residuos orgánicos como las plantas de compostaje requiere de una correcta gestión ambiental desde el inicio. Conocer los factores que generan problemas ambientales (contaminación) o de salud para minimizarlos son requisitos imprescindibles para la correcta elaboración de proyectos de reciclaje. Todo esto implica elaborar estudios previos que evaluen su correcta situación geográfica, su capacidad máxima de tratamiento, su sostenibilidad a largo plazo, etc.
Entre estos problemas destaca la contaminación por lixiviados de los cursos de aguas cercanos, los olores que producen los propios residuos, o incluso la propagación de enfermedades entre los propios trabajadores o habitantes en zonas colindantes. Para esto último, la generación de bioaerosoles en las operaciones rutinarias en las plantas de compostaje pueden ser causantes directos, tanto que en muchos paises de la Unión Europea, y en especial el Reino Unido, es imprescindible analizar para las futuras construcciones de este tipo de instalaciones. Pero, ¿qué son los bioaerosoles?
¿Qué son los bioaerosoles?, ¿qué problemas pueden producir?
Los bioaerosoloes se definen como partículas sólidas microscópicas aerotransportables de origen biológico de un tamaño que oscila entre 0,5 y 100 micrómetros. Estan constituidos por virus, bacterias, esporas, polen y, en general, cualquier resto de microorganismos y pueden afectar a los seres humanos causándoles algún tipo de alergia, toxicidad o infección.
Los bioaerosoles son partículas de origen biológico entre 0.5 y 100 micrómetros
Existen diferentes metodologías de muestreo de bioaersoles como el método Andersen que consiste en pasar una corriente de aire por placas con diferentes medios de cultivo microbiano. Para analizar y detectar los diferentes focos de emisión de bioaerosoles, se suelen tomar muestras a diferentes distancias (desde 200 metros a varios kilómetros) con el fin de modelizar su comportamiento y transporte con el viento. Un ejemplo de esto lo podemos ver en el siguiente estudio PINCHANDO EN ESTE ENLACE. En la siguiente tabla, podemos ver los valores promedio de los bioaerosoles que se producen en una planta de compostaje:
Entre los indicadores más característicos para estudiar y analizar los bioaerosoles están el numero total de bacterias mesófilas y la presencia o no de Aspergillus fumigatus. Este hongo saprófito es muy abundante en las pilas de compostaje (crece muy bien en sustratos ricos en carbono y en un amplio intervalo de condiciones ambientales: temperatura, humedad, pH, etc.) y además de generar efectos negativos para la salud. También forma esporas rápidamente por lo que lo podemos medir y detectar fácilmente en cualquier pila de compostaje.
Estas partículas se suelen encuentrar en suspensión y su comportamiento aerodinámico dependerá de sus propiedades físicas (forma, tamaño y densidad) y las condiciones ambientales (corrientes de aire, humedad y temperatura). Se generan durante todas las operaciones del tratamiento de residuos, especialmente durante la formación de las pilas (pueden llegar a alcanzar hasta 100000 unidades formadoras de colonias o ufc por metro cúbico). Para poder minimizar la generación de bioaresoles en las plantas de compostaje, existen unas recomendaciones sencillas que podemos ver en la siguiente figura:
Más información sobre el tema:
- Master en Planificación Territorial y Gestión Ambiental, Universidad de Barcelona
- The Microbial World: Airborne Microorganisms, by Jim Deacon
- Documento guía de la Comisión Europea para la la elaboración de Planes de Gestión de Residuos
- Bacterias en la atmósfera, por Irma Rosas, Eva Salinas, Leticia Martínez, Carlos Eslava y Alejandro Cravioto
Los bioaerosoles en plantas de compostaje son partículas microbianas que pueden generar riesgos para la salud y el medio ambiente. Su control es fundamental para asegurar la seguridad en estos procesos industriales.