Los residuos orgánicos ricos en proteínas suelen ser complicados de compostar. Un ejemplo son los que vienen de matadero, que incluso tienen su propia legislación. Son los residuos SANDACH. Aun así, existen microorganismos capaces de hacerlo gracias a que poseen unas enzimas que hidrolizan los enlaces peptídicos. Con ellas, pueden transformar estas macromoléculas en compuestos más pequeños y fáciles de metabolizar. Se las conoce como proteasas y son muy interesantes por sus aplicaciones industriales. El compost es una fuente de microorganismos muy importante de productores de proteasas. Por lo visto, los aislados que se obtienen del compost producen proteasas termotolerantes, en especial si vienen de la fase termófila.
Hace poco, investigadores de la Universidad Agraria de Jilin (China) han aislado la bacteria Serratia marcescen, la cual produce grandes cantidades de este tipo de proteínas. Estos investigadores estudiaron su producción, variando las condiciones de crecimiento de este microorganismo. Lo hicieron cambiando la fuente de carbono, de nitrógeno, el pH, las sales, o incluso la temperatura. La aislaron en suficiente cantidad y la caracterizaron, optimizando el proceso para una futura producción industrial de esta enzima.
Por lo tanto, el tratamiento de estos residuos se puede mejorar inoculando la pila de compost con dicha bacteria o añadiendo la proteína purificada, lo que abre una nueva vía de gestión de los mismos.
La fuente:
- Wei Zhai, Xintian Li, Xinran Duan, Changlong Gou, Lixia Wang, Yunhang Gao (2022). Development of a microbial protease for composting swine carcasses, optimization of its production and elucidation of its catalytic hydrolysis mechanism. BMC Biotechnology, 22:36. DOI: https://doi.org/10.1186/s12896-022-00768-0