Pocas veces encontramos estudios científicos tan prolongados en el tiempo como el que están desarrollando en el Támesis, el principal río del Reino Unido. Los ingleses llevan midiendo la calidad del agua en Londres más de 140 años ininterrumpidamente, analizando mensualmente contaminantes como el nitrato disuelto en el agua.
¿Qué nos indica el contenido de nitrato en un río?
El nitrato es uno de los principales fertilizantes nitrogenados utilizados en la agricultura. Una de sus peculiaridades es que las plantas lo asimilan de forma muy rápida por las raíces debido a sus propiedades químicas. Al mismo tiempo, es un anión muy móvil y fácilmente lixivia cuando se aplica en exceso contaminando aguas subterráneas generando problemas de contaminación ambiental como la eutrofización o la emisión de gases de efecto invernadero (concretamene el óxido nitroso, N2O). Además, puede provocar problemas de salud importantes si ingerimos agua potable con altas dosis de nitratos (ejemplo: metahemoglobulemia en niños pequeños). La legislación europea es bastante estricta con este asunto, poniendo el límite en 50 mg L-1 para aguas sometidas a contaminación por nitratos de origen agrícola (EU Nitrates Directive 91/676).
¿Cómo está el Támesis?
En un estudio publicado en la revista Hydrologial Processes por el equipo del Dr. Nicholas Howden se ha presentado la evolución de la concentración de nitrato disuelto en el Támesis a lo largo del siglo pasado, tal y como puede apreciarse en la siguiente figura:
Entre otras cosas, se ha observado que por 1970 hubo un incremento importante en el nitrato presente en el río que dura hasta nuestros días. ¿A qué se debe esto? Aunque no existe una correlación clara con la temperatura media del agua, el régimen de lluvias, el caudal medio del río e incluso el aumento de la población de Londres (que pasó de 1 millón en 1860 a los cerca de los 4 millones de hoy en día), si parece haberlo con el uso agrícola de las zonas agrícolas de la ribera del mismo. Justo después de la segunda guerra mundial, hubo un incremento de las tierras destinadas al cultivo agrícola en las zonas cercanas al río que a su vez conllevó un incremento importante en el empleo de fertilizantes nitrogenados. Es después de 30 años cuando se empiezan a notar los nitratos en el cauce del río que provienen de la contaminación difusa, es decir, de las lixiviaciones del nitrato de los suelos agrícolas que a lo largo de los años han llegado al cauce del río.
Estos problemas no son nuevos y fueron los que motivaron a que los legisladores europeos a poner en marcha actuaciones para reducir el abuso indiscriminado de fertilizantes nitrogenados y la contaminación de las aguas por nitratos.
Como una de las conclusiones del estudio, los autores advierten que algunos sistemas no se recuperan en décadas y aunque se redujera de forma drástica la fertilización por nitratos por parte de los agricultores ingleses, pasarían muchos años para ver los efectos de esas medidas.
Esto da que pensar: la contaminación del pasado la vemos en el presente y la contaminación del presente, la veremos en el futuro (o mejor dicho, la sufrirán nuestros hijos).
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