El otro día encontré una noticia que me hizo reflexionar y hacerme las siguientes preguntas: ¿podrían nuestras plantas sufrir obesidad por exceso de abonos?, ¿podrían sufrir problemas de salud por esto?
El concepto de obesidad siempre lo aplicamos a los animales y a los humanos, pero ¿y a las plantas?, ¿sería correcto utilizarlo? Cierto es que no tengo respuesta (aún) a la pregunta de la obesidad de las plantas, pero imaginaos la siguiente situación: Estamos en nuestra casa y tenemos hambre. La reacción más normal sería ir al frigorífico y prepararnos algo de comer (por ejemplo un bocadillo), pero no sacar toda la comida, ponerla sobre la mesa y comer hasta reventar. Por lo tanto, ¿por qué hacemos lo mismo con las plantas? Me explico:
Como ya hemos comentado alguna vez en este blog, un exceso de abonos en la agricultura puede generar contaminación (el ejemplo más claro sería los lixiviados de los nitratos que contaminan los acuíferos). Abonamos más de lo que las plantas pueden asimilar. Por esta razón, lo más lógico sería que aplicásemos los fertilizantes cuando las plantas los necesiten (“cuando tengan hambre”), y siempre en función de sus necesidades. Pues bien, con esta idea unos científicos de la Universidad de Navarra (Pamplona, España) han desarrollado una investigación sobre los “rhizosphere-controlled fertilizer (RCF)”, o lo que es lo mismo, unos fertilizantes que las plantas van tomando (o mejor dicho, disolviendo) en función de sus necesidades. Pero, ¿cómo funcionan?
En la rizosfera, que es la parte del suelo más próxima a la raíz, las plantas suelen excretar determinadas sustancias (como por ejemplo los sideróforos) que las ayudan en la asimilación de los nutrientes (sería algo parecido como echarle un poco de sal a una comida sosa). Estos exudados suelen ser ácidos orgánicos de bajo peso molecular como el ácido cítrico o el ácido oxálico, que tienen una reacción ligeramente ácida e incluso capacidad de complejación de algunos nutrientes. Pues estos investigadores han desarrollado unos fertilizantes con base de ácidos húmicos que se solubilizan con este tipo de sustancias, por lo que al aplicarlos, van liberando nutrientes según la planta vaya liberando exudados.
Una idea sencilla pero muy ingeniosa de mejorar la fertilización de las plantas, optimizando el coste económico y reduciendo la contaminación ambiental. Para esto sirve la Ciencia…
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